viernes, 27 de febrero de 2009

Museo en Delft

Se detiene sin prisa el tiempo en el espacio y despierta la historia.
En la acolchada niebla del pasado, recobran vida las sombras
desprendidas de sus marcos, mientras los muros imperturbables,
mantienen el secreto de lo vivido, y un clavicímbalo sigue marcando,
lento, las silenciosas pisadas de antaño.

Roto el sosiego, conjugan unos pasos las huellas del pretérito.


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