Parece ser que en una pareja que lleve ya años disfrutando de una larga vida en común, es la mujer la que toma las riendas de sus vidas y marca la conducta a seguir, quedando el marido, en la mayoría de los casos, relegado de tomar cualquier decisión. Como ejemplo nos muestran a esas parejas que podemos ver en supermercados, tiendas, bancos, cafeterías, donde la mujer lleva la voz cantante, mientras al sufrido caballero no le queda más remedio que aceptar la decisión de ella. Este comportamiento se achaca a una situación fisiológica, que afecta a un número de mujeres en su carácter de una manera u otra. Sin embargo para otro grupo numeroso esta fase simplemente significará un cambio en el ritmo de sus vidas y los síntomas serán casi nulos, considerándolo como un proceso natural.
Entonces, ¿cómo explicar este comportamiento? Según un conocido escritor holandés, Maarten 't Hart, "las mujeres son siempre las que mandan". Lo que no se sabe es de dónde sacan este poder, pero es algo que se relaciona con esto que es tan condenable en los ojos de las feministas: el trabajo del hogar. Y continúa diciendo: "el atender y cuidar de alguien es condenable puesto que la mujer que cuida de un hombre, lo tiene en su poder. El poder es el reverso de cuídar, atender. El que estas dos cosas estén tan relacionadas es comprensible: quien cocina determina qué se va a comer. Quien limpia la casa se toma el derecho de gritar ¡límpiate los piés! al que entre, quien plancha las camisas del marido puede determinar cuando se las pone. Y esto trae como consecuencia que, a no ser que seas un desagradecido, te sientas deudor y por lo tanto culpable. Y quien se siente culpable tolera más facilmente una orden de aquel a quien es deudor. El sentido de la culpabilidad - sigue diciendo el escritor - es un terreno de cultivo para una relación de poderes. De esta manera es, por una parte, comprensible que las feministas rechacen con indignación la tarea del gobierno del hogar. Gracias a esto las mujeres son precisamente dominantes".
4 comentarios:
Interesante punto de vista, no sabía que es una tendencia generalizada.
Me ha gustado mucho el nuevo rostro de tu blog.
Abrazos
María Pilar
hola Pilar gracias por tu cariño y tus mensajes en mis blogs, he emprendido un camino de aprendizaje que espero que sea maravilloso, por eso he creado mi otro blog, el de enseñanza, gracias por estar un saludín de Carrachina soñadora
Al final según este autor el trabajo doméstico otorga poder a quien lo ejecuta. No lo veo yo muy claro. Como tampoco entiendo la excusa de algunas féminas cuando van a resolver algún problema burocrático y terminan diciendo eso es muy complicado, eso mi marido... Que todo es ponerse, más complicado es planchar una camisa.
Saludos.
Estoy de acuerdo que en Holanda existe un fuerte feminismo que sitúa a la mujer en un plano más de igual a igual que los hombres. He observado aquí que las mujeres hacen valer sus derechos con mayor fuerza.
Me alegro Pilar que ya estés de regreso de tus vacaciones. Bienvenida.
un abrazo,
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