miércoles, 30 de diciembre de 2009

Mi lista de deseos para el 2010




En noches como ésta
le pido al año un tránsito sin resistencia
acompañado de burbujas de diáfano color.
Le pido al año ternuras fértiles,
un lenguaje estratégico y no sujeto a tributos ni a modas,
que sepa cómo pagar la deuda de los silencios y de las horas sin dormir.
Le pido que quiebre la melancolia,
y la transforme en sonrisas con rapidez,
que haga llorar al miedo
y a los futuros comprometidos,
que narre fantásticos cuentos con un lenguaje obediente,
-solidario con gramáticas y diccionarios-
que no exija fronteras y calme el eco amenazador,
que haga héroes a los niños,
que trueque sueños en regalos
envueltos en cintas de seda y papel de celofán.
Pido que me proteja de aves oportunistas
-tramposos pájaros de corral-
fantasmas de diseño pálido y estructura que se resiste
entre las líneas trazadas en una hoja de papel.

En noches como ésta seguiré pidíendo al año:
que haga de las estrellas espejos,
un Camino para andar,
pediré lencería en seda roja,
una carícia, un temblor,
que vista de azules mi desnudez,
un puñado de palabras, voces, sonidos, ecos que perduren,
música para acicalar los días,
lunas, nubes, momentos, letras para escribir,
magia para hacer verdad todos los destinos,
y gaviotas que recuerden el aire sobre mi piel.

En noches como ésta ...

domingo, 27 de diciembre de 2009

El olivo




En lo milenario de su luz
me recibe el árbol perfecto
con el prestigio que le da el dolor retorcido de sus brazos.

En un paisaje donde palpita la sed:
la tierra es suficiente para la preñez de su fruto.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Visitando a Pablo en su casa




Un encuentro, una mirada, y se abre dejando que una insistente luz penetre hasta el interior: Me recibe un aire tíbio de memorias sepias, deshilachando intimidades. Desde sus ventanas me asomo a la historia. El héroe tiene la inmovilidad de los años y mira desde la piedra. Palomas que vienen y van dibujan sombras en la tarde, y adormecen la plaza derramando silencios.Vuelvo la espalda y lo busco. En el espacio aún perdura el eco de jóvenes pisadas y me siento envuelta en su mirada oscura, que sigue extática mis pasos desde el espacio. Recojo el desamor del hombre, impuesto por la ausencia que le lleva al olvido. Quedan colgando grises prematuros y algunos azules robados al mar. Nada más. La casa ya no es su casa.


foto
http://blogs.que.es/8784/posts

sábado, 12 de diciembre de 2009

En el país de las hadas




Para todos los que creen en los cuentos, que de ellos es la ilusión.

En los cuentos de hadas el Tiempo es caprichoso, a veces tiene prisa, otras se demora, gira en círculos invertidos, y hasta hace dormir años a príncipes y princesas que tienen como madrinas a las hadas. Quise ser una de ellas: oro en el cabello y faldas largas de transparente muselina. En las manos una varita mágica que no fuera motivo de problemáticas ausencias, hechizos torpes y conjuros. Quise tener mi propio bosque, y en el bosque un lago donde se bañaran hadas y duendecillos malhumorados, algún que otro gnomo, y sueños que tuvieran sed. También me hubiera gustado tener una casita de caramelo y chocolate, setas habitadas, y magos que cumplieran todos mis deseos en las noches víspera de luna llena.

Quise tener un bosque y, a cambio de esto, tuve un jardín con árboles como gigantes, hojas amontonadas, flores, y multitud de rincones secretos – mi Isla encantada- que nada tenía que ver con el mundo de los mayores. Allí, entre las claroscuras sombras en tardes calurosas y en las brisas de las noches de verano, comprendí que la verdadera magia es ver más allá de las imágenes escritas en los cuentos, y fue el Cantor de Vientos quien me llevó a ese reino cercado quien, con su rumor persuasivo, me hizo apreciar los sonidos y escuchar el murmullo de un tiempo que no terminaba de pasar. Acurrucada en mi rincón favorito protagonicé historias fantásticas e interesantes encuentros: observé a cisnes desnudos bailando a la luz de la luna, conocí a Tomás el Versificador, fuí testigo de cómo Orfeo liberaba a su esposa, me enteré de cómo Morgan - la más famosa de todas las hadas - se llevó con ella a Arturo, el Rey. Me sentí viajar en un tiempo trémulo de incertidumbres, en un espacio más allá de los Confines y que ha quedado ya invisible en la historia para siempre.

No, no tengo un bosque, pero sí tengo un jardín con tulipanes, iris, jacintos, y sombras donde juega con frecuencia el Viento, y en el que duerme mi mal criado gato – dueño y señor de todo el territorio – que lo único que espera es cazar ratones, y de esos también suele haber muchos en mi jardín.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Una visita a la Almedina de Cazorla





Olivo solitario,
lejos del olivar, junto a la fuente,
olivo hospitalario
que das tu sombra a un hombre pensativo
y a un agua transparente.
al borde del camino que blanquea,
guarde tus verdes ramas, viejo olivo,
la diosa de ojos glaucos, Atenea.

Antonio Machado.


La mejor manera de conocer la provincia de Jaén es a través de sus olivos. El paisaje –infinita luz y sin fronteras- muestra diferencias bien marcadas, desde las agrestes y llamativas sierras hasta las llanuras fértiles invadidas por el Guadalquivir, pero es el olivo hospitalario, el de las ramas verdes y troncos retorcidos, como cantaron los poetas, el que da el carácter a esta provincia que merece estar orgullosa de ser la mayor productora de aceite de oliva del mundo.

Nos acercamos primero a Cazorla por una carretera cómoda, marcada entre resplandores inapelables, huertas y olivares conocedores de su historia y su valía. Calles increíblemente estrechas y con notable desnivel nos provocan asombro e inquietud, y hacen que nuestra llegada no sea olvidada en mucho tiempo por los vecinos del lugar, incluso es posible que pase a formar parte de las crónicas cazorleñas, al tomar una dirección equivocada sin salida y sin posibilidades de girar. Todo un espectáculo para los tranquilos habitantes del lugar, algunos de los cuales –dos pacíficas aborígenes– nos dieron lecciones de circulación, con maniobras incluídas y de una manera gratuita.

Estamos en Cazorla y hace mucho calor esta mañana de Julio. Desde el balcón del hotel la sierra se siente tan cerca que parece que puedo tocarla con las manos; al fondo, el agua del Cerezuelo reverbera su sonido en el sueño de la tarde, y oigo cerca y pausada la campana de la Iglesia de San José que guarda en su interior seis grandes lienzos copias de El Greco. Pero hay más; por encima de los tejados en rojo la torre de las Cuatro Esquinas nos mira con decoro, convencida de su propia historia y leyenda. Quizás no ha olvidado los lamentos de la pobre princesa olvidada para siempre por su padre en las mazmorras del castillo. También la Iglesia de Santa María sabe de tristezas y penalidades que el tiempo y el pasado han dejado improntas en su imagen. Más tarde salimos, paseamos, recorremos las calles, las callejuelas y las plazas. Otras iglesias, capillas y ermitas, casas y palacios, incluso fuentes con denominación de origen, completan la herencia cultural y ponen su acento en el perfíl histórico bajo la mirada observadora de la peña de los Halcones.

Las altas temperaturas no son un estorbo para conocer bien el lugar, y nuestra siguiente visita es una almazara situada en el entorno de la sierra de Cazorla. Llegamos por la carretera de Cazorla a Peal de Becerro, para después desviarnos por un caminito de tierra entre olivos, como no podía ser de otra manera. Hasta donde alcanza la vista sólo existen olivos; señoriales y circunspectos árboles con muchas dosis de sabiduría. Ya cuando parece que no hay nada que distraiga el dominio del verde, aparece una pincelada clara con acento dulce en el nombre, la Almedina, un oaxis de respiro en el calor.

Esta almazara histórica –palabra de raíces árabe que significa lugar donde se exprime- tiene sus orígenes en el siglo diecinueve, cuando el Marqués de Foronda ordenó la construcción de una casa-palacio y adosada a ella una almazara con cuatro prensas hidraúlicas para, además del aceite, conseguir orujo y jabón, pero esto ya forma parte de su historia. El marqués, amigo personal de Alfonso XIII, pensó así unir en la Almedina una residencia para las visitas reales y un complejo industrial. Ahora está previsto que pase a ser Casa Rural en un futuro próximo.

Llegamos primero al patio, un espacio abierto, donde se selecciona la aceituna, se limpia y se pesa. En el interior nos fueron mostrando las naves donde se realiza el tratamiento que se le da a la oliva, la trituración hasta conseguir una pasta, la extracción del aceite separándolo del resto de los componentes de la aceituna, y por último su recogida en depósitos de acero inoxidable donde se conservará con la justa temperatura y escasa luz. Desde aquí el aceite se envasa para su comercialización. Todo un proceso que exige mucho esfuerzo y amor al oficio.

En estas mismas instalaciones se encuentra también un museo, donde se puede seguir la evolución del tratado de la oliva cuando esto todavía era un trabajo artesanal y sacrificado, como nos hace recordar los versos del poeta,


Andaluces de Jaen,
aceituneros altivos,
decidme en el alma:
¿Quién, quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.*



Vasijas, bidones, prensas, decantadores, molinos, depósitos que hicieron sus funciones en otras épocas, toda una muestra de maquinaria y herramientas, que nos dan una idea del trabajo y dedicación para la obtención del aceite a través del tiempo. Hoy día el sector del aceite ha evolucionado de una manera muy significativa con la modernización de las almazaras y la elección de los productos. Todo esto tiene como resultado un aceite – el de esta almazara tiene el poético nombre de Torreón de Nubla- de la mejor calidad y sabor excelente, de aceitunas recogidas en el mes de noviembre.

Dejamos la almazara y salimos de nuevo a la carretera, a la luz que nos deslumbra, al calor, pero el olivo sigue estando ahí, imperturbable. Considerado sagrado y mítico por algunas culturas, es un árbol robusto, de tronco grueso, que llega a una edad avanzada y resiste temperaturas extremas y una exposición prolongada al sol. Quizás es esa atribuída magia lo que ha hecho que sobreviva toda clase de invasiones y guerras. Quizás por eso está ahí, inseparable de las tierras jiennenses y todas las que se asoman al mediterráneo, y quizás es esa perenne presencia lo que hace que los "paisajes del olivo" hayan sido merecedores de ser nombrados Patrimonio de la Humanidad.


*Miguel Hernández
http://www.cerespain.com/almazara.html
http://www.elaceitedeoliva.org/
http://www.cazorla.es/
http://es.wikipedia.org/wiki/Aceite_de_oliva : El aceite de oliva
http://es.geocities.com/cazorlaenlared/index.htm
http://www.culturandalucia.com/Leyenda%20de%20La%20Tragant%C3%ADa%20escrita%20por%20Juan%20Eslava%20Gal%C3%A1n.htm

viernes, 20 de noviembre de 2009

Imposible retorno



Para todos mis amigos, desde Málaga


En recuerdo de La Azucarera Hispania, Málaga


Ahí, donde la casa se erguía señorial y altiva,
no queda nada, solo tierra solitaria y triste.
Busqué un alma y encontré palmeras,
faros vigilantes en un mar de rastrojos secos,
recuerdos de un jardín umbroso y fértil,
hoy árido y yermo, sombras del pasado
que se diluyen,
un mundo que fue y no es,
latidos de entonces que hacen daño
dejándonos heridos y sin aliento.

!Quisiera ser golondrina sin memoria
en el camino perdido del retorno!

viernes, 13 de noviembre de 2009

Una pasión que compromete





De pequeña tenía dos aficiones: coleccionar cajas y cromos, y leer. De las cajas puedo decir que me gustaban todas, grandes, pequeñas, redondas. Podían ser metálicas, de madera, pero generalmente eran de cartón. En más de una foto de entonces se me ve abrazada a una de aquellas cajas –algo churretosa y no en muy buen estado- como si tuviera miedo que me la fueran a quitar. No sé qué es lo que guardaba en ellas, pero no era su contenido lo que me hacía quererlas. Esta aficción se quedó un poco en el olvido, pero aún hoy siento el hormigueo del deseo secreto de posesión. Los cromos fueron simplemente un entretenimeinto pasajero, y el tener algunos que no tuvieran mi hermana y mis amigas y compañeras de colegio, me hacía conocer momentos de autoridad.

Con la lectura fue diferente. Cuando me encontré con los libros hubo un momento muy marcado en mi tiempo con un antes y un después. Pero entonces aún no tenía tanto recorrido como para saber apreciar esa diferencia. Eran libros de la colección "Marujita" de Ediciones Molinos, que encontré en un viejo armario en casa de mis abuelos. Habían pertenecido a mi madre, de antes de la guerra y el precio estaba dado en céntimos. Fueron los primeros libros que leí y que me pertenecieron. Títulos como "Las travesuras del gnomo pegón", "El duendecillo de la chimenea", "La casa encantada", "Un gato en el país de las hadas" y muchos otros, daban paso a historias que se desarrollaban en un espacio a donde llegaba por senderos ocultos o puertas invisibles en la imaginación, con personajes que vivían en casitas mágicas que andaban y hablaban. Un paisaje distante de bosques, árboles, plantas, y flores, hacía que, con la fantasía rica que tienen los niños, me transportara a un mundo de magias. La lectura de aquellos primeros libros influyó mucho en aquellos años, y aún hoy sigo convencida de que voy a descubrir algún día esa tierra encantada que me daban a conocer.

Ahora mi relación con los libros tiene el carácter de una pasión que compromete mi tiempo, y me sorprende con palabras, espacios, imágenes desprendidas de inocencia, fantasías que acuno entre mis manos. Transito en sus páginas entregándome al tacto y al olor que desprende su materia. Me gusta sentir su peso y esa especie de caricia que me alcanza desde sus hojas donde se guarda la memoria escrita. Colecciono libros, los que tenía, los que me regalaron, los prohíbidos, los que compré después. No puedo dejar atrás ninguno. Llegaban y se quedaron para siempre conmigo.

imagen: centres.escola.org

jueves, 5 de noviembre de 2009

La leyenda de Cunera





Una peregrinación

Esta leyenda tiene su origen alrededor del siglo IV DC. Cunera, princesa de York, fue a principios del año 337 acompañando a Santa Ursula y 11.000 vírgenes, de peregrinación a Roma. En el camino de regreso, el barco en el que viajaban fue asaltado por los Hunos que asesinaron de una manera brutal a todas las jóvenes. Sólo Cunera logra salir con vida, salvada por el rey Radbout, que la lleva con él a su castillo en Rhenen (Utrecht), donde lleva una vida religiosa y caritativa, ayundando a los necesitados. La admiración que todo el pueblo tiene por ella provoca los celos de la esposa de Radboud, la reina Aldegonde, que después de varios intentos de desacreditarla ante el rey, trama un plan para deshacerse de ella.

Así, cuando Radbout y sus hombres salen un día de caza, estrangula a Cunera con el chal que esta había recibido de sus padres como regalo, y la entierra –junto con el chal- en los establos. Al regreso del rey y preguntar este por Cunera, Aldegonde le dice que regresó con sus padres. Mientras, los caballos se niegan a entrar en el establo. Rabbout se extraña al ver en el interior la tierra movida y decide excavar en ese sitio. Una vez que han removido la tierra encuentran el cuerpo de Cunera. Radbout descubre el engaño y la terrible acción de su esposa y la castiga azotándola. Más tarde, Aldegonde, terminará loca tirándose desde el monte Grebbeberg. Cunera es enterrada en un lugar que será más tarde conocido como "La colina de Cunera".

Pasa cierto tiempo, y unos trecientos años después de su muerte los habitantes de Rhenen piden al obispo Willibrord que declare santa a la jóven. Según la historia, al abrir el sarcófago encuentran el cuerpo de Cunera y el chal intactos. En el año 694 el chal es depositado en la iglesia Pieterskerk en Rhenen. Desde entonces es venerado durante largo tiempo y atrae a muchos peregrinos, conviertíendose la ciudad en un lugar de peregrinación muy visitado. Con las ganancias de las indulgencias se construye –alrededor del año 1500- la iglesia Cunerakerk.

Hoy también yo he sido peregrina en Rhenen. He seguido un camino paralelo a lo que antiguamnte fue la ruta histórica de una procesión que recorría diversos puntos relacionados con la leyenda de Cunera, y a la que la Reforma puso fin. El lugar ha sido testigo silencioso de un complejo mundo de imágenes que han dejado huellas a través del tiempo, vestigios de una existencia que nos invita a observar la naturaleza, comunicativa y generosa de nostalgias. El día invita a este paseo, un recorrido de veintisiete kilómetros por un terreno boscoso y de colinas de suaves pendientes donde encuentro una flora variada, aves, ovejas, vacas e incluso ciervos que, en ocasiones, se dejan ver. Oigo cómo se agitan las ramas, que ofrecen perezosas sombras donde descansar. Con cada uno de mis pasos percibo el crujir de las hojas que cayeron, una leve protesta ante mi descuido. Respira el aire. Son sonidos que permiten apreciar la composición poética de lo que me rodea. Un paisaje que surge entre caminos y sendas, abadías, monasterios, capillas y granjas, elementos que marcaron los límites de una herencia cultural.

Son veintisiete kilómetros de peregrinaje compatibles con ese otro Camino que me ha llevado a Santiago. Al igual que en la ciudad del Santo, también Rhenen –ciudad felíz y con encanto- tiene su iglesia aunque está sujeta a las normas que le impuso la Reforma, pero hay elementos que la devuelven a la realidad. En su interior el coro, la silleria, el órgano, la pila bautismal, conservan su carácter primigenio; faltan las reliquias de la Santa que fueron dispersas, pero conserva una de las tres torres más altas de Holanda con ochenta y dos metros de altura, y uno de los pocos doksalen que quedan en el país, con representaciones alegóricas de las tres Virtudes Capitales, Fe, Esperanza y Caridad. Aquí no se necesita Carta probatoria o Credencial para acreditar que se visita el templo. El silencio y la quietud forman el testimonio que recibes.

23-mayo-2009

Rhenen, Utrecht (Los Paises Bajos)


Fuente:
http://www.cunera.nu/legende.htm

viernes, 16 de octubre de 2009

Por la ruta de los castaños hasta la memoria



Foto: wikipedia



Una visita a Ronda

Acostumbro a discutir con mis recuerdos, me desafían entre guiños del tiempo y mis propias dudas. Cada vez con más frecuencia los encuentro deambulando en el laberinto de perplejidades y olvidos en que se está convirtiendo mi memoria. También hoy acuden conjugando nombres y citas; me acompañan en esta ruta que tiene para mí el sabor dulce de anteriores travesías, enfrascados en buscar el equilibrio entre las tradiciones y el impulso de la modernidad.

Muchos son los caminos que llevan a Ronda. Yo escojo siempre la carretera de la costa, que deja con pereza atrás el mar y se asoma a pueblos blancos y pequeños, a valles de colinas suaves, y a zonas rocosas y abruptas, curiosea entre huertos, olivos y –por supuesto– castaños. En mis recuerdos juega aquí la imagen que tengo de una carretera temeraria para valientes conductores del Seat 600, que ahora se ha hecho amable. Dionisio Ridruejo puso la poesía:

"Salva los campos de labor, se pierde
hacia las duras piedras.
Montes quiebran el cerco de los montes
y con la Luz el corazón se aleja.
Vuelve y es en mis ojos universo
pequeño y bravo la ceñida tierra."

Ahora, igual que entonces, vuelvo a la belleza de los valles del Guadiaro, Guadalteba y del Genal. Más allá están los parques nacionales, Grazalema, Sierra de las Nieves, Los Alcornocales, que guardan tesoros incalculables como el águila real o el buitre leonado, y en especial el pinsapo –árbol nacional andaluz– emblema de la serranía de Ronda. Son estampas de un paisaje que continúa existiendo en mí desde que hice a Ronda lugar de destino, y me sigue asombrando el perfil de esta tierra, unas veces armonioso y otras agreste, como ya lo hizo con todos los que llegaron a ella desde sus orígenes: celtas, fenicios, griegos, romanos.

"Avistamos Ronda. Estaba enroscada en la sierra, como una prolongación natural del paisaje y, a la luz del sol, me pareció la ciudad más hermosa del mundo". Hago mías las palabras de Juan Goytisolo para escribir lo que yo también siento cada vez que llego a esta ciudad, y que se repite en cada una de mis visitas. Es difícil poner nombre a los sentimientos que la vista del Tajo te inspira. Decía José María Pemán que "si nos asomamos a él podemos encontrar en el fondo miedo, vaticinios, oraciones o versos". Yo reconozco la fragilidad del hombre ante la naturaleza, y siento el vértigo que la verticalidad inmensa me produce. El "puente nuevo" salva este barranco de más de cien metros de profundidad y une la Ronda histórica con calles empedradas, casas de balcones enrejados y miradores, monumentos, plazas e iglesias, con la Ronda moderna y comercial, que además cuenta con la plaza de toros más antigua de España.

Ronda ha atraído a visitantes desde siempre por lo mágico de su entorno y el romanticismo que rodea a sus personajes. La leyenda y la realidad se confunden al tratar a bandoleros como el "Tragabuches", "Pasos Largos", el "Pernales" o "Luis Candelas", hombres enfrentados a la ley, que en ocasiones también fueron generosos y que sirvieron de inspiración para diferentes historias. Y no olvidemos que Ronda es la cuna de la tauromaquia y de la figura cumbre del toreo, Pedro Romero. Todo esto y la instalación de la Real Maestranza de Caballería, le dio un atractivo que difundieron escritores como Gustavo Doré, Prosper Merimeé, Théophile Gautier, Washington Irwing, Ernesto Hemingway, Richard Ford, Luis Cernuda. Para ellos y para mí es Ronda la ciudad soñada, haciendo verdad lo que dijo Rainer María Rilke de ella.

"Las casitas de esta calle de Ronda, con sus cierres en la planta baja, parece que crían barriga. Estas otras tienen los cierres altos ... Inclinan la frente. De uno a otro lado de la calle diríase que se quieren acercar, para comunicarse una confidencia maliciosa, sobre el transeunte que pasa". Pienso en estas palabras de Eugenio D'Ors mientras paseo por las calles del centro de la ciudad con fachadas blancas y cercanas, y busco entre lo mítico y lo real el contraste entre el pasado y el carácter cosmopolita de ahora, entre lo recatado y el bullicioso sonido del ambiente y de su gente. Me enfrento de nuevo con un tiempo que tiene un concepto muy personal para despertar perplejidades y olvidos, para retroceder o acelerar los períodos que vivimos. De esta forma trato de sujetar estas escenas que tanto me dan a sentir, un rincón acogedor para fotografiar, esta plazita donde descanso a la sombra de una acacia, el interior de una iglesia, el jardín tan sorprendente de flores. Imágenes que no son distintas a las que en otras visitas viví, pero tienen un lenguaje diferente, y que –como dijo Tagore– se harán recuerdo cuando llegue a mi destino; ellas sólo son cosas útiles mientras hacemos el camino. Así pués, tendré de nuevo que confiar en mi memoria.

domingo, 11 de octubre de 2009

Caminar




Caminar …

Erosionar senderos
arrastrando las palabras
con versos hechos a medida.

Caminar …

Recorrer atajos y leyendas,
escuchar los bosques,
pisar la hierba sin detenerse
arropados por la mirada experta de los robles centenarios.

Caminar …

Descubrir un lenguaje sin disfraces,
acentos que deja el viento
en un mundo de transparentes resonancias.

Caminar …

Sin recato,
con terquedad,
en pugna con lo errante y el descontrol
desafiando rutas y límites estipulados.

Caminar ...

Siempre caminar.

sábado, 3 de octubre de 2009

El regreso




Me abracé al Levante y me sentí gaviota remontando imposibles por tierras de amarillos que empiezan a estar gastados, vides colmadas, y ocres, que esperan sumisos el letargo dormido en la casa del Tiempo.

Primero fue dejar auroras, palabras y sentimientos: rivalizan los recuerdos agolpados en desorden. Llegaron dudas y pesares. Terminé el moscatel y las pasas. La farola me guiñó por última vez. Quedó colgado el aire rizando azules … !Qué dificil es desprenderse de tantos retales de tu vida! Pero el hogar tiene dirección escrita, y empecé el camino calzada de desganas y sin prisas. Pisé distintas geografías. Una bandada de deseos me acompañaba rápida, sin posibilidades de poder atrapar alguno de ellos. Me reconfortó saber que al otro lado del horizonte también existen lágrimas y sueños.

Desfilaron curvas, montañas perfiladas de azules, subidas, descensos, ríos. Extensiones secas, otras verdes. Pueblos, gente, diferentes lenguas. Vi el revolotear de banderas. Todo quedó engarzado en mi mirada, aguardando próximas ocasiones.

Ahora descanso en el sosiego, entre húmedos brillos del agua, tulipanes, noches largas, recuerdos. Paisaje donde, poco a poco, va arraigándose mi historia.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Camino Primitivo


El sábado 12 estaré en Oviedo: volveré a ser una peregrina a Santiago.



viernes, 4 de septiembre de 2009

Málaga de verdiales



Rincón de la Victoria
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Se estaba anunciando una invasión de medusas este verano, y olvidan que no es ésta la primera vez que se dejan ver por aquí. Tengo recuerdos un tanto irritantes de cuando llegaban de incógnito y sin la expectación mediática de hoy. Es cierto que vienen adelantadas a su tiempo pero … ¡quién no se deja llevar por las prisas y las ganas de volver!

Nosotros terminamos el último tramo del camino, ruta trazada entre tradiciones y leyendas, castillos dormidos y molinos gigantes. Línea que ciñe contrastes, montañas y planicies desde donde las iglesias asoman sus torres silenciosas para atisbar nuestros pasos. Nos acompañaban las sombras del Cid y Jimena, Don Quijote y Sancho, y en los claroscuros de las sierras parecía tangible el espíritu temerario de algunos bandoleros que seguían esperando una retrasada diligencia.

Ya estamos en nuestro Rincón, y hasta aquí llega el acento y el calor de la feria. Málaga está de verdiales e intenta apagar la sed con rebujitos y dulce de los montes. Hay toros en La Malagueta y caballos en El Real, revuelo de volantes y abanicos en las calles … Nos llama el atractivo de los bailes, sevillanas, malagueñas, fandangos de Comares. Tenemos que adaptar de nuevo nuestro tiempo a la ciudad y dar espacio a los sentidos que se llenan de estas y otras imágenes recuperadas. Tenemos que acompasar nuestra ausencia a su ritmo, adaptar nuestra piel al sol y volver a probar el sabor de tantas propuestas.

Rincón de la Victoria (Málaga)

Verdiales, cante y baile de la comarca malagueña

http://www.verdiales.com

La Malagueta, plaza de toros. Málaga

Rebujito, manzanilla (vino) con gaseosa.

sábado, 29 de agosto de 2009

Diario de vacaciones

La caleta
Málaga





He observado como se aceleran las noches de este verano, que muestra ya signos de debilidad. No están lejos el silencio del blanco y el pesimismo gris de una rutina que se contradice. El tiempo se echa encima, todavía ataviado para los últimos festejos y verbenas. Son imágenes de apoyo para asumir el destino del que se sabe indispensable.

Esta mañana la arena está fría y el mar tiene un azul desconcertado de pérdida y dejadez. Tengo que recuperar el dominio sobre lo cotidiano, el ronroneo metódico de la responsabilidad. Cuesta poner final a este periódo de complacencia y abandono, volver al desaliño de lo presuroso, al tiempo que crece un sentimiento ambivalente que difumina los rasgos y roba el aroma dulce de lo que fue. La ciudad está demasiado desenfrenada, es con frecuencia intransigente y engulle futuros con proyectos que ya no me pertenecen. Es inútil aferrarse a historias caducas de rangos y nombres. Son sólo murmullos, eco cansado de unas voces entre el ruido intenso de las obras en las calles y el caos de la circulación.

La tormenta de esta noche pasada ha dejado la arena fría, y su llegada ha sido el colofón de un verano lleno de propósitos sujetos con alfileres a la decisión. La tenacidad del agua caída ha arrastrado toda huella de debilidad y nostalgias que no llevan a ninguna parte. ¡Qué clara ahora la luz cuando se entiende todo, y qué amplio el espacio para escribir capítulos de una memoria en los marrones, verdes y amarillos del otoño!

No haré preguntas en esta mañana que huele a limpio y el suelo está cubierto de jazmines húmedos. Pronto me ausentaré de estos matices que dominan mi voluntad, que es siempre peregrina a la hora de decidir cual es su sitio. Existen otras certezas y perspectivas, mezcla de asfalto, aire, sueños, gente, amigos, familia, con una afinidad benevolente hacia la realidad que traen los días, y que yo aceptaré después de todo.

sábado, 11 de julio de 2009

¡Vacaciones!



Felices vacaciones para todos. Estaré de regreso antes de terminar agosto.

miércoles, 8 de julio de 2009

!Pronto estaré de vacaciones!


A punto de partir pero todavía no ...


Me reconozco al límite de la resistencia ante un equipaje que cada vez exige más. ¡Este viaje no es para siempre! -me digo- y sigo buscando lo que la memoria suele olvidar, como son unas llaves perdidas, el pasaporte que no está donde debe, el libro que tenía reservado para esta ocasión. Nunca se está completamente a punto de partir. Acechan además razones para impedirlo: problemas que en esta última hora escogen el momento de mostrar sus quebrantos, y rompen la estabilidad de lo programado. Pero sobre todo es el tiempo lo que domina a los que se quedan con la ausencia y la distancia, y será el desaliento el que moldee el miedo a la soledad. Para quien – en el vértice de sus años- no entiende de distancias y ese tiempo es un futuro que teme inalcanzable en la quietud que vive el suyo, la espera está inmersa en el acoso del silencio de sus días.

Todo es parte del equipaje que lleva el que está a punto de partir, compañero inevitable que acompañará cada capitulo de esta historia.

sábado, 4 de julio de 2009

Festival de teatro (en la calle)

Este fín de semana comenzó el Festival de Teatro, que desde hace varios años se organiza en Deventer. Con un tiempo extraordinario y mucha animación.

Para ver algunas fotos del evento:

http://www.destentor.nl/regio/deventer/5207153/Kiek-Deventer-op-Stelten-2009.ece

jueves, 25 de junio de 2009

Esperando el verano


Aún espera mi jardín la caricia encendida, la luz migratoria y cómplice del verano.
Aún espera que cambie el gesto descortés y distante,
que repare la faz de un poniente sin sombras y sin nombres.
En mi jardín, lunas que evaden su obligación y nidos que no funcionan,
un parasol depresivo, una rama quebrada, nada;
tanta carencia cercena azules y contradice el aire con presagios de otoños.
Estas tardes occiosas en mi jardín se respira un acento umbrío y cierta humedad
que dota las pupilas de tibias resonancias.
Un vencejo sin conocer el ritual, rosas, claveles y dalias, y un gato, siempre un gato en mi jardín, que implacable no deja de explorar fronteras ineludibles.
Mientras,
en mi jardín,
espera que se haga verdad el relevo perpetuo de los tiempos.
foto:wikipedia

miércoles, 10 de junio de 2009

Premio


Premio que me ha sido concedido por Pilar O. con motivo del tercer aniversario de su blog:
"Escalando palabras en el viento": un lugar de encuentro con la sensibilidad que caracterizan sus escritos.
Pilar, muchas gracias.

domingo, 7 de junio de 2009

De la España que emigra ...


Foto: Instituto Cervantes



Exposición: "Medio siglo de emigración española en los Países Bajos. De la España que emigra a la España que acoge"

Organizada por la Fundación Largo Caballero.

Viernes, 5 de junio en el Instituto Cervantes, en Utrecht.

Ahora se cumple el 25 aniversario de la Federación de Asociaciones de emigrantes españoles en Holanda (FAEEH). Con este motivo se recuerda la historia personal y colectiva de los trabajadores españoles que se vieron obligados a abandonar el país por motivos políticos y/o económicos, en la segunda mitad del siglo XIX.

Hace aproximadamente unos cincuenta años que llegaron a Holanda los primeros españoles buscando un futuro mejor. Unos regresaron y otros se integraron en la sociedad holandesa. Los que se establecieron en los Países Bajos tienen hoy día una problemática muy distinta a los emigrantes de décadas anteriores. Por otro lado, España ha pasado de ser un país que emigra a uno que acoge, y como en otras zonas de Europa, esto se ha convertido en tema de debate político y constituye uno de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad española.

Para recordar esta historia personal y colectiva de los trabajadores españoles, se realiza hoy un coloquio en la casa del Instituto Cervantes que se completa con un recorrido por la historia de la emigración desde la década de los 50 hasta nuestros días, a través de la exposición de fotografías y otros materiales recopilados por la FAEEH.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Una pérdida muy sentida


Le habíamos visto crecer, sin límites y en rápida monotonía con los años. Era un chavalillo en
el que ya empezaban a destacar algunos de los rasgos que le caracterizarían más tarde: alto y flexible en lo adverso del tiempo. De pequeños, mis hijos gustaban de acercarse hasta él y buscar el refugio de sus brazos. A veces yo temía por su calma cuando le involucraban en sus juegos, con la rudeza y la fogosidad de la edad, pero se mantenía siempre como el símbolo de la verticalidad y nunca le vi gesto de enojo.

Cayeron las hojas para él y para mí, se nos fueron marcando pliegues con descaro. Su presencia era una constancia fiel, donde yo reflejaba el recuerdo de aquellos otros que mecieron mis infantiles caprichos, aunque no sé muy bien quién de los dos ambicionaba más la luz y un baño silente de azules. Me asombraba su carácter, su instinto de conservación, que le enfrentó con frecuencia a una naturaleza caprichosa con esa magia que le hacía elevarse por encima de nosotros, mientras yo sentía tiritar mis raíces. No había nada que le doblegara. Sólo hubo una ocasión en que le faltó viveza y necesitó tiempo hasta que recobró el color fresco de su piel, y siguió compartiendo la esencia de la vida. Volvió a danzar con el aire.

Eso fue el ayer, hoy es el dolor y la derrota al ser vencido por una naturaleza borrascosa y tenaz, que abatió su vida dejando que el viento abriera una herida en la tierra sin defensas. Con él ha desaparecido un compañero fiel, bajo cuya sombra nos cobijábamos durante los veranos.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Tulipanes




Tulipanes madrileños, abril 2009

jueves, 7 de mayo de 2009

Un paseo

Deventer op Den Berghe

Me sedujo un sol destartalado esta mañana, para dejarme tirada de nuevo en el gris de siempre. No pude retenerlo. A veces hay que dejar vagar nuestros deseos, olvidar los desengaños. Sin hacer caso de su ausencia, fui a recorrer las calles sometidas al tiempo. La ciudad festejaba el día con banderas y colgaduras en las fachadas de los edificios. Personajes de comedia paseaban mesuradas, damas en terciopelos y caballeros que hacían uso de encajes y de espadas. Plumas en el tocado para ellas, y pelucas para ellos. Tambores y flautas ponen música a un paisaje propio de la Edad Media. Entre los componentes del evento hay también artesanos, pregoneros, barberos, sacamuelas. Abigarrada masa de mendigos sin zapatos, ciegos con lazarillos, trovadores ambulantes, soldados de la época imperial. Hasta clérigos sermoneros amenazando con el fuego del infierno.

Se ofrece un coloreado contraste entre los vaqueros con camisetas, y las largas vestiduras de los más respetables representantes de la época. Una incruenta batalla entre el hoy y el ayer. Incompatibles caracteres que señalan el tiempo que a cada uno nos ha tocado vivir. El camino invita a seguir: disciplentes miran las veteranas piedras de las iglesias, conscientes de su protagonismo, y dejan que reboten en ellas la voz libre de unos monjes en blanco. En la calle, hay presencia de antiguos mercados, puestecillos que muestran su atractivo, y una divisa en la pared: "Fide sed cui vide" La ciudad es un teatro abierto, las ventanas en las casas son palcos para saciar la curiosidad. Dicen que en una de ellas se alojó el temido Alba: su nombre es ahora sólo piedra. Corta el aire el grito seco de una trompeta anunciando la llegada de viejos heraldos a caballo, y en una esquina aparecen varias damas de vida alegre, que ríen sin temor a la brevedad de la vida. Sueña el río abrazando en silencio a la ciudad, y la historia se hace señora de ella.
Desposeída de prisas, extremo la mirada y sigo curioseando su pasado. Quiero ir más allá de lo incorruptible, de su fuente. Superar su lluvia, lo que no me pertenece. Para ello indago rincones, consulto piedras, reconozco disfraces, busco respuestas. Persigo obtinada las ilusiones de un pasado irreversible. De momento sólo me responde el bullicio de su gente, mientras las imágenes – asumido su tiempo - se alejan en las decrecidas sombras de la ya vencida tarde.

jueves, 30 de abril de 2009

Banderas a media asta


foto: "Parool.nl"
Banderas a media asta por los fallecidos en el atentado de hoy, Día de la Reina.
Apeldoorn, 30 de abril

domingo, 29 de marzo de 2009

¡Vacaciones!


Estaré unas semanas ausente disfrutando de la primavera en el Sur.

jueves, 26 de marzo de 2009

La vaca, objeto de estudio en el paisaje holandés



Además de tulipanes, zuecos y quesos Holanda tiene vacas. No hay ningún trocito de campo verde donde no te encuentres con ellas. Son vacas pacíficas, tranquilas, que pasan sus días meditando el significado de sus vidas.rumiando el fresco pasto. Su existencia se les hace más llevadera en verano, cuando pueden disfrutar mejor de la naturaleza fuera del establo, donde tienen que estar una al lado de la otra como gallinas en un ponedero, sin perspectivas más divertidas.

La vaca no es mi animal preferido pero, sin lugar a dudas, no debemos tacharlas de no interesantes, pues lo es y mucho. De una manera u otra estamos todos relacionados con ella. Yo tengo, desde pequeña, noción de su existencia. Aún ronda por mi cabeza el estribillo de una canción que me cantaban para dormir y que, por alguna razón, hacía el efecto contrario :

Tengo una vaca lechera,
no es una vaca cualquiera,
me da leche merengada,
¡ay!, que vaca tan salada,
¡tolón! ¡tolón!

Me intrigaba mucho eso de la leche merengada. Ya conocía la leche en polvo, la leche condensada y la que todos los días traía el lechero a casa, que debía ser hervida antes de beberla. Al enfriarse se formaba una espesa capa de nata grasa. El tener que beber aquella leche, siempre lo he considerado como un signo refinado de tortura infantil.

Pero volvamos a las vacas. Estas tienen el derecho de llamarse así al parir el primer ternero. Ante la necesidad de alimentarlo se pone en marcha el proceso de producción lechera. Lástima para la vaca esta leche no es para el recién nacido, que es alimentado artificialmente, y la leche sigue otros derroteros diferentes. Sin embargo, pienso que las vacas no se sienten muy dolidas en su sentimientos maternales. De sobra es conocido que las vacas felices son las que dan más leche y, que yo sepa, no existe escasez de este producto.

Para los que no esten familiarizados con este simpático animal, les copio una descripción detallada que encontré(1) "Es un mamífero que tiene seis lados, el de la derecha, el de la izquierda, el de arriba, el de abajo, el de la parte de atrás tiene un rabo, del que le cuelga una brocha. Con esta brocha se espanta las moscas, para que no caigan en la leche. La cabeza le sirve para que le salgan los cuernos y además, porque la boca tiene que estar en alguna parte. Los cuernos son para combatir con ellos. Por la parte de abajo tiene la leche. Está equipada para que se le pueda ordeñar. Cuando se le ordeña, la leche viene y no se le va nunca.
El marido de la vaca es el buey. El buey no es mamífero. La vaca no come mucho, pero lo que come lo come dos veces, así que ya tiene bastante. Cuando tiene hambre muge y cuando no dice nada es que está llena de hierba por dentro. Sus patas le llegan hasta el suelo. La vaca tiene el olfato muy desarrollado, por lo que se le puede oler desde lejos".

De este simpático animal hay 274 razas en el mundo. Ademas de las vacas lecheras tenemos, entre otras, las vacas sagradas, las vacas ñatas (Darwin), las vacas marinas, las vacas gordas, las flacas y desde hace cierto tiempo contamos con una más, las vacas locas. En España somos más afortunados. Tenemos la vaca "del aguardiente", que en las fiestas populares de ciertas localidades, se deja "admirar". Y la llamada vaca "de la boda", a la que se le hacía correr para festejar bodas rústicas. También hay que decir que en España, desgraciadamente, las vacas encabezan la lista de los animales en peligro de desaparecer. Sería una verdadera lástima que esto sucediera.

viernes, 20 de marzo de 2009

La tasadora de perlas

Invitado: Vermeer desde Washington

El Rijksmuseum en Amsterdam tendrá como invitada de honor durante casi tres meses a La tasadora de perlas, óleo del pintor Johannes Vermeer. Pintado aproximadamente en 1664, estuvo en Holanda hasta 1800 en manos de un coleccionista. Después de pasar por distintos propietarios en Europa, llegó a la National Gallery of Art, in Washington en 1942.

Ahora esta dama vuelve brevemente a su patria en Holanda. Se alojará en el Riksmuseum en Amsterdam, y será acompañada durante su estancia en la exposición por los cuatro óleos de Vermeer de la colección del museo: La lechera, La callejuela, Mujer leyendo una carta y La carta de amor.

La dama de las perlas, con un abrigo corto de cuello y puños de piel, ha quitado hacia un lado el mantel y colocado sus joyas sobre la mesa. Parece ser que tiene la intención de pesarlas, pero esto no es realmente la verdad. La balanza está vacia, y ella tiene un aire pensativo. ¿Qué pensamientos ocupan su tiempo? Quizás sobre el equilibrio de la vida, quizás sobre lo material de ella. En la pared cuelga un cuadro, y también ahí se pesa algo. Es El Juicio final, Jesús pesa el alma de los hombres.

Como en todos los cuadros de Vermeer está presente la serenidad del ambiente, esos pequeños momentos de las cosas diarias. Más que acción es la concentración en los detalles lo primordial de su trabajo.

Tan distinguida dama bien merece una visita.
Fecha de la exposición: del 11 de marzo hasta el 1 de junio de 2009

viernes, 6 de marzo de 2009

La victoria empieza en Alkmaar


Se equivocó Alba al poner sitio a aquella pequeña ciudad en el norte de Flandes cuando ya estaba cerca el otoño y se anunciaban las lluvias, pero a Don Fadrique Álvarez de Toledo, hijo del temido duque, le venció su orgullo y las prisas: necesitaba del éxito militar para alcanzar la mirada condescendiente del rey, al que le había caído muy mal que no cumpliera su palabra de matrimonio con Magdalena de Guzmán. Estuvo encarcelado breve tiempo, pero la suerte –o quizás fue lo contrario– le tocó de cerca cuando Felipe II le envía a Los Países Bajos como comandante de las tropas españolas. Convencido de que sólo seis meses serían suficientes para dominar a esos mendigos holandeses, su método más efectivo para conseguir el respeto era hacer rodar algunas cabezas.

Los españoles consideraban la ciudad de Alkmaar como poca cosa; apenas fortificada y con escasas defensas. La población simpatizaba con el príncipe Guillermo de Orange, era tíbiamente católica y no conocía el fuego de la Inquisición. Por estos motivos adormecía sus presuntos temores y ocupaba los últimos días del verano en los quehaceres en el campo. Sin embargo, para Don Fadrique la cosa estaba clara, ya no era tiempo de medias tintas: Alkmaar necesitaba una dura experiencia para aprender. Hombre en extremo cauteloso, perdió demasiado tiempo en la preparación del asedio, como también en acallar a sus soldados amotinados por la falta de paga. Incluso problemas personales de salud hicieron que fuera ya finales de agosto cuando se encontró con su ejército delante de las puertas de la ciudad. Este retraso fue el mayor error de su vida: no contó con la lluvia, casi siempre presente en el país. El mal tiempo y la tierra enfangada dificultaban el movimiento de los soldados, pero aún así el cerco no quedaba decidido por ninguno de los dos bandos, hasta que los de Alkmaar tomaron medidas más drásticas con la rotura de los diques que la defendían del mar. Con el agua hasta las rodillas y los cañones medio hundidos en el barro, a los españoles no les quedó otra solución que la retirada. Aún hoy se celebra el día 8 de octubre esta victoria con desfiles, conciertos y bailes.

Si en Alkmaar fue el comienzo de la victoria, los primeros disturbios de resistencia contra la dominación española tuvieron lugar con la decapitación de los condes de Egmond y Horne, en Bruselas. Lamoraal, conde de Egmond y príncipe de Gavere, descendía de una de las más ricas familias de los Países Bajos y estaba emparentado con Felipe II. Se destacó por su valor en la batalla de San Quintín, por lo que fue nombrado gobernador de Brabant y Artois por el rey. Pero su relación no tardaría en tener otros visos más peligrosos para el conde, y esto me lleva al pasado de Los Países Bajos, a su historia y a los acontecimientos que influyeron en ella, y a la exposición que presenta el Museo Municipal de Alkmaar, "Poder y Mística, Egmond en la Edad Media".

En el término municipal de Egmond, en el sur-oeste de Alkmaar, fue fundada una abadía por los monjes de la Órden de los Benedictinos. Con ayuda de cuadros, dibujos, estampas y grabados, descubrimientos arqueológicos y escritos, vamos tomando conocimiento del crecimiento de lo que llegó a ser el más importante centro cultural de la Edad Media. En dos ocasiones fue destruída y vuelta a levantar. En el siglo XI un linaje de caballeros se instaló al norte de la abadía, en lo que sería el castillo de los condes de Egmond.

La exposición está dividida en dos terrenos: el de la abadía y el del castillo. La abadía –la mística de Egmond– nos descubre su historia, la vida en ella, el cuidado de los enfermos, la escritura y la liturgia, el monje Adalberto* y los condes de Egmond. Dos muestras importantes son el Evangeliario** del siglo IX, encuadernado en oro y piedras preciosas, y la caja de reliquias donde se transportaron los huesos de Adalberto y el relicario donde se muestran. En el terreno del castillo –el poder de Egmond– se detalla su origen, la vida y la cultura de los caballeros, y cómo los señores de Egmond llegaron a ser condes. La gran cantidad de objetos que se han descubierto en el lugar donde se alzaba el castillo forman la historia del sitio.

El conde Lamoraal de Egmond quedó fiel a su rey Felipe II y a sus creencias católicas hasta su muerte, pero confió demasiado en el duque de Alba, dejándose coger prisionero con mucha facilidad. Unas de las consecuencias del asedio de Alkmaar y de toda la situación política de entonces fue la destrucción del castillo de Egmond, no por los soldados de Don Fadrique Álvarez de Toledo, sino por órden de Guillermo de Orange que temía cayera en manos de los españoles.

La historia de "la guerra los ochenta años" no había terminado aún ...


1 febrero 2009


* Adalberto: fue un ardiente misionero de origen inglés, aunque al mismo tiempo paciente y amable. Alrededor del año 720 empezó a predicar en el norte de las provincias holandesas, y construyó una iglesia en Egmond. Allí quedó enterrado y su tumba se convirtió en un centro de peregrinación.

** El Evangeliario de Egmond

El Evangeliario de Egmond es sin duda uno de los objetos históricos-culturales del principio de la Edad Media más importantes de Holanda. Además de su importancia como documento histórico, contiene las imágenes más antiguas de personajes holandeses y edificios, y representa igualmente uno de los tesoros religiosos más antiguos que han quedado guardados.

Alrededor del año 975 el libro era propiedad de Dirk II, conde de Holanda desde aproximadamente el año 939
hasta 988, quien ordenó encuadernarlo y adornar con oro y piedras preciosas. Este escrito manual lo regaló a la Abadía de Egmond. Para esta ocasión hizo añadir dos miniaturas, que representaban esta entrega. En la primera de las miniaturas vemos como Dirk y su esposa Hildegard dejan el libro sobre el altar. A la izquierda en la parte superior de la página está el texto "Este libro fue regalado por Dirk y su querida esposa Hildegard al piadoso padre Adalbert, para que él los recuerde con justicia en la eternidad".

El Evangeliario permanece hasta el siglo XVI en Egmond. Durante las revueltas del movimiento iconoclasta se lleva primero a Haarlem y a continuación a Colonia para su seguridad. A principios del siglo XIX fue de nuevo descubierto en Utrecht y por su importancia histórica el estado holandés lo depositó en la Biblioteca Real.

http://www.boekendingen.nl/wp-nieuws/?p=2609



domingo, 1 de marzo de 2009

Unos metros más ...

foto: De Stentor, diario de Deventer
***
Con toda la razón: quienes viven en los alrededores de Schiphol se sienten inseguros.

viernes, 27 de febrero de 2009

Museo en Delft

Se detiene sin prisa el tiempo en el espacio y despierta la historia.
En la acolchada niebla del pasado, recobran vida las sombras
desprendidas de sus marcos, mientras los muros imperturbables,
mantienen el secreto de lo vivido, y un clavicímbalo sigue marcando,
lento, las silenciosas pisadas de antaño.

Roto el sosiego, conjugan unos pasos las huellas del pretérito.


sábado, 21 de febrero de 2009

¿Moderna imagen para Deventer?

Las opiniones están divididas en Deventer: tres cuartas partes de los residentes mayores de 55 años opininan que el edificio del arquitecto Michiel Riedijk –con una gran cúpula de crital- para alojar en él el ayuntamiento y la biblioteca pública es demasiado moderno para el centro histórico de la ciudad. Sin embargo, a los jóvenes les atrae lo llamativo de la construcción y piensan que daría un aire de progreso a Deventer. Interesante es la diferencia de opinión entre hombres y mujeres. La forma redonda del edificio atrae a las mujeres en particular a las más jóvenes. Ellas califican al proyecto con una cifra que está por encima del ocho, mientras que de los hombres recibe un suspenso redondo.




miércoles, 18 de febrero de 2009

Excavaciones en Deventer

foto Ronald Hissink


En las recientes excavaciones que se están realizando en Deventer ha sido encontrado un pozo de piedra volcánica del siglo XII o posiblemente más antiguo. El empleo de piedra volcánica –y no de madera como era habitual- para su construcción parece confirmar el asentamiento de gente adinerada en esta zona de Deventer, ya que el precio de la piedra era mucho más valioso. Asombra el buen estado en que se encuentra el pozo, que probablemante se dejó de usar alrededor del siglo XVII.

sábado, 14 de febrero de 2009

Jerónimo en ’s Hertogenbosch: el mundo de sus sueños


"Mis oscuros demonios, mi color del infierno ..."
Rafael Alberti

Descubrí en el "Jardín de las delicias" la fascinante inquietud que transmite El Bosco. Un atractivo más para que mi curiosidad por Jerónimo van Aeken se convirtiera en una obsesión continua. A la inquietud que produce entrar en un mundo de números y símbolos –que te hacen vislumbrar los peligros que el pincel sugiere- se une el deslumbramiento por el rosa en los desnudos, y, ¡porqué no reconocerlo!, cierta frustración al no poder llegar a descifrar de una manera cierta qué mensaje nos quiso dar a conocer el pintor.

Hay algo en esta obra que me compromete a volver. Desde mi primera visita, son infinitas las veces que me he visto delante del cuadro, y siempre deja en mí una sensación de desasosiego e intranquilidad ante el enigma de lo representado. Presiento en sus imágenes más de lo hasta ahora conocido, un mensaje olvidado, y cierto juego trágico del artista para esquivar unas fuerzas superiores y opresoras de la época en que vivió. Pero, ¡quién es este hombre que ha conservado todo el misterio de su nombre y su figura que guarda con sigilo la historia! Fue necesario acercarme hasta su tierra, ‘s Hertogenbosch, en la región de Brabante, para intentar palpar su presencia, descifrar su actitud y el lenguaje que nos llega desde sus pinturas.

Es una ciudad con una marcada identidad. El ambiente histórico, sus calles, los variados restaurantes y alegres terrazas, el buen gusto en las tiendas, muestran el carácter cultural y hospitalario del sur de Holanda con un aire agradable y acogedor. Ahora recorro la ciudad con el recogimiento y la ilusión de descubrir a mi admirado artista. No se sabe con exactitud la fecha del nacimiento del pequeño Jerónimo -tampoco hay mucha más información de su madurez- pero la Edad Moderna hacía su entrada ya con cambios y descubrimientos. En aquel tiempo, ‘s Hertogenbosch era rica en agricultura y ganadería, con una población en su mayoría artesana dedicada a la construcción de la Catedral San Juan Evangelista, -vidrieras y relieves- y que sería la más importante representación del gótico en aquellos momentos en su entorno. Más tarde, tanto la catedral como la ciudad se verían envueltas en los avatares de la Reforma.

Hoy hace sol, pero un aire frío me empuja con descaro por las calles. Mayo está llegando a su fin, y sin ambargo echo de menos el abrigo de los inviernos. Es fácil imaginarse la preferencia del pintor por no querer salir de su tierra: iglesias, capillas, abadías y conventos, callejuelas, la plaza del mercado, y las preciosas fachadas de más de quinientos monumentos conservan un cierto aire medieval que nos hace retroceder en la historia. En el lugar donde se encuentra la catedral existió una iglesia románica que, poco a poco, fue siendo sustituida por la gótica de ahora. Para Jerónimo van Aeken sería una visita obligada el pasar por la Catedral, primero en la adolescencia y más tarde en su madurez, interesado en el avance de las obras. ¡Cómo iba él a saber que sufriría dos incendios y llegaría a ser –durante un tiempo- una iglesia protestante!

Paseando por esta ciudad abierta e iluminada de ahora es difícil imaginarse que fuera fuente de inspiración en la obra del artista. Por un lado la región prosperaba ya en los albores de la Edad Moderna, con una corte borgoñona que tocaba a su fin. Más tarde, con la monarquía católica española, llegarían conflictos y luchas hasta conseguir la independencia que tanto deseaban. La fe se empleaba como arma por quienes decían querer conservar su pureza, y muchos que fueron considerados herejes y brujas terminaron sus días en la hoguera. Fuego, castigo, miedo, supersticiones, como energía necesaria que impulsara su pincel. ¿Fue entonces El Bosco un provocador, o había una crítica oculta en su pintura, era un hombre valiente o simplemente atrevido y con ganas de innovación? A estas dudas mías no he encontrado hasta ahora ninguna respuesta satisfactoria.

Sigo mi paseo por el centro de ‘s Hertogenbosh en un intento de descubrir –cosa que no es siempre fácil- lo que queda de aquella época detrás de las fachadas que han renovado más tarde. Mucho de lo que hay tiene sus orígenes en la Edad Media, pero no hay hoy nada que me haga pensar en un pasado oculto o lleno de peligro. La ciudad que visito proyecta una imagen activa y dinámica, que conserva con orgullo la herencia que le han dajado los años. Lo demás son sólo sueños –y un resto que es todavía secreto- que tomaron forma en la imaginación del pintor.
(mayo 2008)

sábado, 7 de febrero de 2009

Flamenco en Deventer


Guitarrista: "Cum laude", Adrian Elissen, siguió estudios con Paco Peña en el Conservatorio de Rotterdam.

Hoy, en la iglesia Bergkerk en Deventer: la música puso un acento cálido en el gris húmedo de este día de febrero.

miércoles, 28 de enero de 2009

Hoy me has llenado el alma de deseos


El día recién nacido ha traído versos nuevos
con perfumes frescos de una tierra hermana
lejos, en los confines del universo,
batida por las olas de aquellos mares
que dibujan un mundo húmedo y triste
donde el tiempo y el reloj no dan las horas.

Versos, versos y palabras que me cuentan de tus sueños,
tus paseos por calles silenciosas y mal iluminadas.
Yo te hablaré de otro país mucho más lejano
donde imperan inviernos blancos y lluvias locas,
iglesias grises de torres afiladas,
tartas de manzana, zuecos de madera,
extensos campos de maíz recién plantado
al igual que una sábana verde tendida
al tímido sol para ser secado.

Yo te hablaré de una tierra, de polders y diques,
canales y dunas, de gatos cansados y de molinos,
abriré ventanas, detendré el tiempo,
beberé el dulce néctar, romperé fronteras,
saltaré caminos y en las noches de luna llena
asistiré al aquelarre contigo.

Y te ayudaré a encontrar la princesa de tus sueños
buscando en el laberinto de estrellas y cometas.




lunes, 19 de enero de 2009

Siempre la lluvia en Holanda


Me despertó el latido amenazante del reloj, con la sensación de habersido vencida por el destino. Las cortinas abiertas de la ventana mostraban un amanecer envuelto en una niebla blanda, que dejaba churretones húmedos en los cristales. El día prometía gris con mucha agua.
Mientras dejaba pasar indecisa unos minutos, sentí como las alas del – todavía – presente sueño rozaba mis párpados, y me abandoné a las imágenes que trae siempre la palabra lluvia, tan cerca de mí y tan constante. Lluvia que se había presentado doblada en dos: llanto, letanía triste, zumbido lacerante; temor, repetida sumisión, hasta tener que ganarse su presencia. Silencioso roce frente a una fuerza dominadora que destruye, inundando exigente nuestros deseos, que se impone engendrando contradictorias vidas.
Siento muy cerca la palabra lluvia, abriendo camino, disipando la niebla que su presencia lleva consigo. Yo, más que dejarme rozar me entrego a ella. No hay elección posible. Antes de despertar me impone con frecuencia su presencia, silenciosa o impulsiva, mansa, también alegre, o esbozando futuros inciertos, sin olvidar la vida que empieza en ella. Imágenes que me hace llegar hasta hacerme ver que la lluvia, al igual que la felicidad, recoge diferentes frutos de su siembra. La lluvia, siempre contradictoria, siempre presente.

viernes, 16 de enero de 2009

El placer del hielo

11 enero 2009
Con esta bonita estampa se me olvidan todos los inconvenientes del frio


De Stentor:
foto de Anthony Leleulya, Kampen


martes, 6 de enero de 2009

Maratón sobre el hielo


Elfstedentocht: el maratón de las once ciudades sobre el hielo


No hay que profundizar mucho en las pupilas de los holandeses para descubrir lo fanático que son por el hielo, y por los deportes que se juegan sobre él. Unos días de heladas constantes y ya se les va calentando el ambiente. En la imaginación de todos una pregunta silenciosa: ¿se correrá este invierno el maratón de las once ciudades sobre hielo? La respuesta es lo que más distrae la serenidad de su existencia, lo que provoca marejadas en un carácter que no conoce el duende y no sabe qué es el verdadero calor. Y es que no hay nada más excitante para ellos como alcanzar el equilibrio sobre dos afiladas cuchillas, y mucho más si es a toda velocidad. Sus preferencias están en hacerlo sobre hielo natural, que para eso hay en abundancia en este país cuando llegan los inviernos. Cualquier sitio es bueno: ríos, lagos, canales, acequias, y cualquier charco que se precie de tener la necesaria profundidad. Pero el sueño de cada uno de estos seducidos patinadores es ser protagonistas en el famoso maratón de 220 kilómetros de agua congelada, trayecto que une once ciudades entregadas al hielo.

Una peregrinación exaltada acude desde todos los sitios del país, y también de fuera, para presenciar este intento de competir con el tiempo en velocidad y resistencia. En la oscuridad de una amanecida invernal se da la señal de partida. El frío, el viento, y la nieve, exigen manos, pies, y narices congeladas, en un paisaje detenido para verlos pasar, pero todo es poco para aquellos que quieren dejar su nombre en la historia del maratón. Y el final, como en los cuentos, tiene su parte feliz y también la que no lo es tanto. La meta se cierra a media noche, y el participante – como cenicienta – no podrá llegar después de las doce. De nada le servirá haber estado en danza todo el día y parte de la noche: para él no será la crucecita de plata que acredita su participación. Será la gran desilusión de su vida.


(El maratón de patinaje se efectua en Frísia. Esta provincia está situada en el norte de Holanda. Tiene una superficie de 3431 kms2 y 472000 habitantes. Sus lagos y canales la hacen ideal para el recorrido de 200 kms. continuos sobre hielo, a traves de once ciudades. En los últimos 28 años sólo tres veces pudo ser efectuado, ya que deben de coincidir una serie de circunstancias climatológicas que hagan posible el recorrido de todo el trayecto, sobre un hielo de un espesor entre 13 y 15 centímetros. En el siglo 20 han sido quince las ocasiones en que se dio la señal de salida. La última en 1997 con 16000 participantes y una duración de 6 horas y 49 minutos por el ganador, que comparándolo con el primer maratón, organizado en 1909, en el que participaron 23 corredores y un tiempo de 13 horas y 50 minutos para el primer llegado, demuestra el aumento del interés y el perfeccionamiento del recorrido)

Paisaje nevado


Aquietado el aire en el frío blanco de la tarde
trazan las horas pinceladas de violeta en el cielo.
Solo una rama quiebra el silencio y cae
sobre un camino donde no florecen las huellas de los pasos.