miércoles, 28 de enero de 2009

Hoy me has llenado el alma de deseos


El día recién nacido ha traído versos nuevos
con perfumes frescos de una tierra hermana
lejos, en los confines del universo,
batida por las olas de aquellos mares
que dibujan un mundo húmedo y triste
donde el tiempo y el reloj no dan las horas.

Versos, versos y palabras que me cuentan de tus sueños,
tus paseos por calles silenciosas y mal iluminadas.
Yo te hablaré de otro país mucho más lejano
donde imperan inviernos blancos y lluvias locas,
iglesias grises de torres afiladas,
tartas de manzana, zuecos de madera,
extensos campos de maíz recién plantado
al igual que una sábana verde tendida
al tímido sol para ser secado.

Yo te hablaré de una tierra, de polders y diques,
canales y dunas, de gatos cansados y de molinos,
abriré ventanas, detendré el tiempo,
beberé el dulce néctar, romperé fronteras,
saltaré caminos y en las noches de luna llena
asistiré al aquelarre contigo.

Y te ayudaré a encontrar la princesa de tus sueños
buscando en el laberinto de estrellas y cometas.




lunes, 19 de enero de 2009

Siempre la lluvia en Holanda


Me despertó el latido amenazante del reloj, con la sensación de habersido vencida por el destino. Las cortinas abiertas de la ventana mostraban un amanecer envuelto en una niebla blanda, que dejaba churretones húmedos en los cristales. El día prometía gris con mucha agua.
Mientras dejaba pasar indecisa unos minutos, sentí como las alas del – todavía – presente sueño rozaba mis párpados, y me abandoné a las imágenes que trae siempre la palabra lluvia, tan cerca de mí y tan constante. Lluvia que se había presentado doblada en dos: llanto, letanía triste, zumbido lacerante; temor, repetida sumisión, hasta tener que ganarse su presencia. Silencioso roce frente a una fuerza dominadora que destruye, inundando exigente nuestros deseos, que se impone engendrando contradictorias vidas.
Siento muy cerca la palabra lluvia, abriendo camino, disipando la niebla que su presencia lleva consigo. Yo, más que dejarme rozar me entrego a ella. No hay elección posible. Antes de despertar me impone con frecuencia su presencia, silenciosa o impulsiva, mansa, también alegre, o esbozando futuros inciertos, sin olvidar la vida que empieza en ella. Imágenes que me hace llegar hasta hacerme ver que la lluvia, al igual que la felicidad, recoge diferentes frutos de su siembra. La lluvia, siempre contradictoria, siempre presente.

viernes, 16 de enero de 2009

El placer del hielo

11 enero 2009
Con esta bonita estampa se me olvidan todos los inconvenientes del frio


De Stentor:
foto de Anthony Leleulya, Kampen


martes, 6 de enero de 2009

Maratón sobre el hielo


Elfstedentocht: el maratón de las once ciudades sobre el hielo


No hay que profundizar mucho en las pupilas de los holandeses para descubrir lo fanático que son por el hielo, y por los deportes que se juegan sobre él. Unos días de heladas constantes y ya se les va calentando el ambiente. En la imaginación de todos una pregunta silenciosa: ¿se correrá este invierno el maratón de las once ciudades sobre hielo? La respuesta es lo que más distrae la serenidad de su existencia, lo que provoca marejadas en un carácter que no conoce el duende y no sabe qué es el verdadero calor. Y es que no hay nada más excitante para ellos como alcanzar el equilibrio sobre dos afiladas cuchillas, y mucho más si es a toda velocidad. Sus preferencias están en hacerlo sobre hielo natural, que para eso hay en abundancia en este país cuando llegan los inviernos. Cualquier sitio es bueno: ríos, lagos, canales, acequias, y cualquier charco que se precie de tener la necesaria profundidad. Pero el sueño de cada uno de estos seducidos patinadores es ser protagonistas en el famoso maratón de 220 kilómetros de agua congelada, trayecto que une once ciudades entregadas al hielo.

Una peregrinación exaltada acude desde todos los sitios del país, y también de fuera, para presenciar este intento de competir con el tiempo en velocidad y resistencia. En la oscuridad de una amanecida invernal se da la señal de partida. El frío, el viento, y la nieve, exigen manos, pies, y narices congeladas, en un paisaje detenido para verlos pasar, pero todo es poco para aquellos que quieren dejar su nombre en la historia del maratón. Y el final, como en los cuentos, tiene su parte feliz y también la que no lo es tanto. La meta se cierra a media noche, y el participante – como cenicienta – no podrá llegar después de las doce. De nada le servirá haber estado en danza todo el día y parte de la noche: para él no será la crucecita de plata que acredita su participación. Será la gran desilusión de su vida.


(El maratón de patinaje se efectua en Frísia. Esta provincia está situada en el norte de Holanda. Tiene una superficie de 3431 kms2 y 472000 habitantes. Sus lagos y canales la hacen ideal para el recorrido de 200 kms. continuos sobre hielo, a traves de once ciudades. En los últimos 28 años sólo tres veces pudo ser efectuado, ya que deben de coincidir una serie de circunstancias climatológicas que hagan posible el recorrido de todo el trayecto, sobre un hielo de un espesor entre 13 y 15 centímetros. En el siglo 20 han sido quince las ocasiones en que se dio la señal de salida. La última en 1997 con 16000 participantes y una duración de 6 horas y 49 minutos por el ganador, que comparándolo con el primer maratón, organizado en 1909, en el que participaron 23 corredores y un tiempo de 13 horas y 50 minutos para el primer llegado, demuestra el aumento del interés y el perfeccionamiento del recorrido)

Paisaje nevado


Aquietado el aire en el frío blanco de la tarde
trazan las horas pinceladas de violeta en el cielo.
Solo una rama quiebra el silencio y cae
sobre un camino donde no florecen las huellas de los pasos.