12-mayo-2013
Estalla la vida
reflejando luz en los mudos espejos de las aguas
que quiebra
siluetas vencidas por el peso del tiempo,
mientras una
babel de palabras hace enmudecer las viejas piedras
de una iglesia y
el carrillón juega con el paso lento de la historia.
En el bullicio
envolvente de la ciudad, un rincón sin voz
acoge las
miradas, y unas palomas se pierden en el gris de las calles.
Fue preciso
llegar al corazón, que se abrió,
mostrando el golpear de sus latidos.
1 comentario:
Excelente y fiel poema de una de las ciudades más multiuniversales que existen. Su olor a libertad se aprecia mientras se contempla el reflejo del tenue sol en el agua de los infinitos canales que le imprimen una personalidad siempre copiada y nunca superada. Excelente.
Un fuerte abrazo, querida Pilar.
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